Parece ser que el cerebro es el principal órgano sexual y que mueve y motiva imaginación ya que en ella todo es posible.
El ser humano utiliza todo el tiempo esta herramienta, y es la que lo ha llevado a la evolución.
La confianza es la base para desarrollar toda imaginación posible.
Si bien es una herramienta pensante el hombre también la usa y mucho a la hora del sexo.
El cerebro es quien hace que el cuerpo funcione, pero cuando se trata de fantasías este es el que interactúa más con el momento.
Muchos deseos se cumplen otros quedan solo en la imaginación , pero de eso se tratan las fantasías sexuales, aunque cueste admitirlo son los sueños que nos gustaría poder realizar.
El problema es que nos cuesta mucho compartirlas, ya sea con quienes tenemos al lado o quienes están de paso por nuestras vidas.
Si pudiéramos analizarlas sería un tema muy complejo, el poder expresarlas ya es todo un problema, los tabúes, la ignorancia y otros temas sociales influyen mucho en la manera de relacionarnos como seres.
Hay muchas maneras de desarrollar las muchas fantasías pero para esto hay que tener la valentía que a muchos les falta, y aceptar que este puede ser el camino hacia un sexo más divertido y libre.
Pensar en que la fantasía puede ser una herramienta para usar y darle la justa importancia, puede ser la clave para soltarse y compartir, todo aquello que muchas veces por miedo o vergüenza no expresamos.
La pareja se puede ver beneficiada en todo esto, por eso es que recomiendo siempre tener una buena comunicación, mucha charla y tomarse el tiempo para pasar un buen rato juntos.
La sexualidad ha evolucionado con los tiempos, ya en la prehistoria con el simple impulso de la reproducción, luego ocupó un sitio en las creencias religiosas, ha sido perseguida por las sociedades, en la actualidad se intenta vivirla de la forma más natural y racionada, se sabe poco de la sexualidad en tiempo de las cavernas pero se puede deducir que era un acto común ya que hemos sobrevivido hasta estos tiempos.
Mientras el hombre no se asentó en una civilización esto gracias a la agricultura que hizo que estos se establecieran como comunidades y formaran costumbres de familia como ahora no hubo una necesidad más que la de conseguir un poco de placer luego de tanto ajetreo y cambios constantes de hábitat.
La mujer que era como un símbolo de la reproducción y comparada con la tierra que daba sus frutos fue muy importante para lo que fue el establecimiento de una civilización que fue creciendo y que perdura hasta estos días.
Por eso es importante la sexualidad sobre todo ahora que se sabe como llevarla de la mejor manera y con responsabilidad, un componente importante es que gracias a la información que hoy existe te pueden prevenir enfermedades, mientras más nos cuidemos más va a perdurar la humanidad. El instinto de procreación tiene que ir también de la mano de la conservación.
La sexualidad ha evolucionado con los tiempos, ya en la prehistoria con el simple impulso de la reproducción, luego ocupó un sitio en las creencias religiosas, ha sido perseguida por las sociedades, en la actualidad se intenta vivirla de la forma más natural y racionada, se sabe poco de la sexualidad en tiempo de las cavernas pero se puede deducir que era un acto común ya que hemos sobrevivido hasta estos tiempos.
Mientras el hombre no se asentó en una civilización esto gracias a la agricultura que hizo que estos se establecieran como comunidades y formaran costumbres de familia como ahora no hubo una necesidad más que la de conseguir un poco de placer luego de tanto ajetreo y cambios constantes de hábitat.
La mujer que era como un símbolo de la reproducción y comparada con la tierra que daba sus frutos fue muy importante para lo que fue el establecimiento de una civilización que fue creciendo y que perdura hasta estos días.
Por eso es importante la sexualidad sobre todo ahora que se sabe como llevarla de la mejor manera y con responsabilidad, un componente importante es que gracias a la información que hoy existe te pueden prevenir enfermedades, mientras más nos cuidemos más va a perdurar la humanidad. El instinto de procreación tiene que ir también de la mano de la conservación.