Hace poco tuvimos un paciente PGAD. El PGAD (o PGA) comenzó hace unos meses, después de un traumatismo craneoencefálico y una fractura de cadera. Sus síntomas eran clásicos: la congestión genital constante (ella lo describió como el calor y una sensación de saciedad) y una sensación de ardor que siempre estuvo presente y la estaba volviendo loca. Al igual que muchos pacientes PGAD ella tenia que levantarse y caminar un poco para aliviar la sensación de miseria que parecía empeorar cuando ella esta sentada demasiado tiempo.
Estaba tan mal, que había intentado suicidarse un par de semanas antes de que ella vino a vernos.
Uno de los elementos más desgarradores de esta enfermedad es que esta tan mal entendida. La mayoría de los médicos no han oído hablar de ella y mucho menos visto a un paciente con la enfermedad. Por lo que muchos médicos clásicos dicen a los pacientes “que está en tu cabeza”. O peor aún piensan que el paciente está loco. No tienes idea de lo terrible que es para una mujer que está experimentando constantemente síntomas tan desagradables y severos.
No sabemos mucho acerca de PGAD, pero sí sabemos que es una condición médica real y preocupante que puede conducir a la mujer perfectamente normal hasta el borde. Hemos tenido una joven que tuvo que abandonar la escuela, una mujer que dejó de funcionar ahora a los 80 años de edad, quien intentó suicidarse. A medida que aprendemos más acerca de la condición, se espera desarrollar formas más efectivas para tratarla. Mientras tanto, trabajamos con los pacientes, tratando de aliviar sus síntomas y les aseguró …. Que no están locos!
Trastorno de la excitación genital persistente (PGAD) o Síndrome de Excitación Sexual Persistente (PGA), también conocido como Síndrome genitales agitados (regs) es una condición donde uno siente excitación genital espontánea, constante e incontrolable no relacionados con los sentimientos de deseo sexual. En el Centro se han tratado a las mujeres de todas las edades con esta condición. Fue documentado por primera vez en 2001 por la Dra. Sandra Leiblum. El orgasmo generalmente proporciona alivio temporal, pero en cuestión de minutos u horas regreson los síntomas.
En primer lugar tiene que tener en cuenta que las caricias y los besos son solo una parte, también es importante generar un entorno adecuado. Muchas veces la adrenalina que corre por el cuerpo en lugares poco comunes también ayuda.
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El punto G, en la mujer, se halla en el canal vaginal, en la pared superior y más o menos a un tercio de distancia de la entrada, o a cinco centímetros aproximadamente. No es verdaderamente un punto, sino un área chica un poco rugosa y eréctil, también accesible con un dedo, arquéndolo un poco hacia arriba justo cuando se nota un pliegue en esa pared superior vaginal.
No todas las mujeres son sensibles a esta estimulación, y es más factible que resulte eficaz cuando se practica en un momento de gran excitación. Está asociado con unas glándulas parauretrales ubicadas cerca de la raíz del clítoris, con lo que el estímulo puede que también tenga que ver con éste, este mecanismo es algo que aún no está del todo claro.
El del hombre se llama punto P, por su relación con la próstata, que es el órgano estimulado, sin embargo también se le suele llamar punto G masculino.
Esta estimulación suele realizarse a través de la pared del recto, por su lado opuesto al que da a la espalda, para entendernos. Puede observarse, a unos 5 centímetros y usando un dedo, la próstata en sí, un bultito como del tamaño de una nuez, que produce sensaciones gustosas ya que tiene terminaciones nerviosas.